21 grandes actuaciones de Koji Yakusho
Con una carrera que abarca más de 6 décadas y más de 100 créditos a su nombre, Koji Yakusho es uno de los actores japoneses más reconocidos, con un éxito bastante evidente tanto en su país natal como a nivel internacional, particularmente después de sus papeles en “Memorias de una geisha” y “Babel”. Un verdadero camaleón de la actuación, Yakusho ha interpretado todo tipo de papeles en su carrera, siempre siendo convincente ya sea en películas de terror, comedias, dramas sociales o películas de samuráis, ya sea en superproducciones o producciones independientes, ya sea en televisión o incluso como actor de voz en anime. Como homenaje a este notable actor, presentamos 20 de sus mejores papeles a lo largo de su carrera, en orden cronológico.
- Dark Society in the East (Shokaku Baba, 1993)
¿Cuántos actores crees que pueden acercarse a una mujer y decirle “Quiero acariciar tus pechos” y ser aceptados, en la misma película que comienza con ellos literalmente raspando mierda de bolsas de cocaína recién excretadas? “Ninguno” es la respuesta que estás buscando, a menos que, por supuesto, seas Koji Yakusho haciendo de un tipo duro y totalmente suave en “Dark Society in the East”. No es una película perfecta ni de lejos –su negativa a admitir que Japón tiene un problema de drogas y en cambio culpar a los gánsteres extranjeros es particularmente problemática–, pero la actuación de Yakusho, un Sho Kosugi que habla inglés y un cameo prolongado de Jimmy Wang Yu, un estado de ánimo que recuerda a “Light Sleeper” de Paul Schrader y el final grandilocuente justifican que “Dark Society in the East” (también llamada “Drug Connection”) sea una parada necesaria para explorar la filmografía de Yakusho. (Ritmo Zaveri)
- ¿Bailamos? (Masayuki Suo, 1996)
La encarnación del hombre común por parte de Koji Yakusho es magnífica aquí, retratando al asalariado de mediana edad atrapado en el mismo ciclo diario con la timidez que conlleva. Sin embargo, a medida que su personaje se abre y se encuentra a sí mismo a través de la danza, también lo hace la actuación de Yakusho, que alcanza sus puntos culminantes en la escena en la que confiesa sus razones para aprender a bailar a Mai. Sus esfuerzos por hacer bien las partes de baile son encomiables, por supuesto, pero es la sutileza que le aporta al tranquilo y modesto Sugiyama lo que permanece en la mente y es una razón importante para que “¿Bailamos?” funcione tan bien. (Rhythm Zaveri)
- La anguila (Shohei Imamura, 1997)
Una de las películas más reconocidas del cine japonés contemporáneo, “La anguila” ganó la Palma de Oro en Cannes, entre una plétora de otros premios internacionales y japoneses. Koji Yakusho interpreta a Takuro Yamashita, un trabajador normal al que le gusta pescar en su tiempo libre. Un día, recibe una carta anónima, que dice que cada vez que va a pescar, su esposa lo engaña. Por lo tanto, decide regresar a casa temprano un día. A su regreso, encuentra a su esposa teniendo sexo con otro hombre. Casi sin remordimientos, agarra un cuchillo y los apuñala a ambos hasta matarlos. Después de esto, se entrega a la policía. Ocho años después, es puesto en libertad condicional junto con una anguila que tenía en prisión como mascota. Su oficial de libertad condicional es un sacerdote, que lo lleva al pueblo donde vive. Yamashita decide abrir una barbería en ese pueblo. Todo parece irle bien, e incluso consigue hacer algunos amigos. Sin embargo, cuando salva a Keiko Hattori de suicidarse, su vida se complica una vez más. Yakusho es impresionante al destacar las pasiones que se esconden debajo de la vida tranquila y duradera de un hombre aparentemente normal, cuyo comportamiento también está determinado por los celos, la rabia, el arrepentimiento y la culpa, así como por el afán de encontrar finalmente la redención, a través de una segunda oportunidad que se presenta a través del amor. (Panos Kotzathanasis)
- Cure (Kiyoshi Kurosawa, 1997)
En lugar de recurrir a giros y reveses argumentales, Kurosawa crea gradualmente un laberinto que combina el terror con la confusión, en una táctica que ejemplifica el ingenio tanto de su dirección como de su escritura. La acumulación de tensión a través de la narrativa es uno de los mayores atractivos de la película, ya que Kurosawa crea un mundo donde nada es seguro, incluida la existencia de lo sobrenatural. Koji Yakusho, en uno de los mejores trabajos de su vasta filmografía, funciona como el receptor de esta tensión, con su cambio de actitud que raya en el colapso nervioso a medida que se desarrolla la historia, siendo uno de los puntos culminantes de la película, mientras que las escenas en las que se exalta se encuentran entre las más memorables del género.
- Charisma (Kiyoshi Kurosawa, 2000)
El papel de Koji Yakusho como un policía negociador cansado e indeciso es diferente de su papel como detective rudo en las películas de Kurosawa “Cure” y “Retribution”. En lugar de estos papeles de suspenso policial en los que busca incansablemente pistas y nuevas pruebas, “Charisma” lo presenta como un hombre exhausto con un dilema moral, que deambula tranquilamente por un extraño mundo metafísico mientras interactúa con personas que pueden o no existir en la realidad real. (Spencer Nafekh-Blanchette)
- Dora Heita (Kon Ichikawa, 2000)
Remake de la película de 1959, “Machibugyo nikki: Tekka botan”, “Dora-heita” es tan traviesa como su protagonista, que está muy bien interpretado por Koji Yakusho, con un estilo extravagante y mesurado en ocasiones, incluyendo también una serie de escenas de acción bastante impresionantes, en las que también brilla. (Panos Kotzathanasis)
- Eureka (Shinji Aoyama, 2000)
Tras sobrevivir a un violento secuestro de autobús, Kozue (Aoi Miyazaki), su hermano Naoki (Masaru Miyazaki) y el conductor del autobús Makoto (Koji Yakusho) tienen problemas para afrontar el suceso que han vivido. Mientras Makoto deja su trabajo y vaga por el país durante dos años, los dos hermanos se quedan en silencio por completo, lo que lleva al matrimonio de sus padres a un punto de ruptura. A su regreso, Makoto pretende empezar de nuevo y, con el apoyo de su familia y amigos, finalmente encuentra un nuevo trabajo. Sin embargo, cuando se entera del destino de los hermanos, que ahora viven en su casa familiar sin sus padres, y se convierte en sospechoso de una investigación de asesinato en su ciudad natal, se da cuenta de que el pasado todavía los tiene bajo su control. Para ayudarlos a ellos y a él mismo a seguir adelante, toma una decisión drástica. A través de su voz temblorosa y su inseguridad posterior, Koji Yakusho marca el tono de la actuación en la película, y la economía que exhibe encuentra su apogeo en el “silencio elocuente” de Kozue y Naoki, que dice mucho de sus almas violadas.
- Warm Water Under a Warm Bridge (Shohei Imamura, 2001)
La última película de Shohei Imamura cuenta la historia de Yosuke, un asalariado que ha sido despedido de su trabajo en una firma de arquitectura en Tokio y atraviesa dificultades matrimoniales. Cuando su viejo amigo muere, viaja al pequeño pueblo pesquero de Himi, Toyama, para encontrar un tesoro que el anciano había escondido en una casa allí décadas antes. No encuentra lo que esperaba, pero acepta un trabajo con pescadores locales y se involucra románticamente con una mujer con una exagerada propensión a la eyaculación femenina. Koji Yakusho ofrece una interpretación bastante dócil, que, sin embargo, está llena de humor y un sentido de la medida muy adecuado, en una de las actuaciones más eróticas de su carrera. (Panos Kotzathanasis)
- Doppelganger (Kiyoshi Kurosawa, 2003)
Koji Yakusho ofrece una actuación impresionante tanto como Hayashi como su doble, en particular por la forma en que logra encarnar a dos personajes totalmente opuestos, que comparten, no obstante, algunas similitudes básicas. Además, la representación de la espiral descendente del “original” es un placer de ver, en una transformación bastante elaborada. (Panos Kotzathanasis)
- University of Laughs (Mamoru Hoshi, 2004)
Esta obra de teatro para dos actores ambientada en el Japón de los años 40 es una adaptación de la obra más exitosa de Koki Mitani. Koji Yakusho interpreta a un censor del gobierno que tiene que revisar el guión de un comediante antes de que comiencen los ensayos. En las escenas de interrogatorio, el director Mamoru Hoshi pone el foco en el desarrollo del personaje de Yakusho, que pasa de ser un burócrata estricto y de corazón frío a una personalidad más accesible. Aunque Yakusho mantiene la postura seria de su papel, al final revela signos de humanidad y nos regala una sonrisa. (Alexander Knoth)
- Uchoten Hotel (Koki Mitani, 2006)
La peculiar mezcla de “Four Rooms” y “Budapest Hotel” muestra a Koji Yakusho como Shindo, el gerente de alojamiento de un hotel de cinco estrellas, durante su turno en la víspera de Año Nuevo. La película japonesa más taquillera de 2006 cuenta con la participación de muchos de los actores del elenco de Mitani, como Koichi Sato. Pero los muchos personajes memorables se ven eclipsados por la actuación de Koji Yakusho, que intenta mantener todo en orden. Nominada a 11 premios de la Academia japonesa, incluido el de Mejor actor para Koji Yakusho, esta disparatada comedia lamentablemente no ganó en ninguna categoría. (Alexander Knoth)
- Sonata a Tokio (Kiyoshi Kurosawa, 2008)
Algunos de los mejores trabajos de Yakusho han sido realizados con Kiyoshi Kurosawa y “Sonata a Tokio” no es una excepción. Aunque el papel del actor es más bien pequeño, no por ello deja de ser significativo y Yakusho lo aprovecha al máximo, dejando una impresión duradera en lo que fácilmente se encuentra entre las mejores interpretaciones de Yakusho y que termina haciendo que “Sonata a Tokio” sea más memorable de lo que ya es. (Rhythm Zaveri)
- Assassins (Takashi Miike, 2010)
Koji Yakusho está maravilloso como siempre en el papel de Shimada Shinzaemon, a pesar de que actúa a la usanza de los protagonistas de las películas de samuráis de los años 60, con grandilocuencia e intensa teatralidad. (Panos Kotzathanasis)
- El leñador y la lluvia (Shuichi Okita, 2011)
En un pequeño pueblo de montaña, Katsuhiko (Koji Yakusho) lleva una vida tranquila, pero a menudo solitaria. Tras la muerte de su mujer hace casi dos años, su vida se había convertido en una rutina dividida entre su trabajo como leñador y las discusiones habituales con su hijo Koichi (Kengo Kôra) sobre su futuro. Sin embargo, esta rutina cambia cuando un equipo de filmación llega al pueblo para rodar una película de zombis escrita por Koichi (Shun Oguri), que también es el director. A pesar de sus rarezas, ni Katsuhiko ni Koichi son retratados como caricaturas, sino más bien como individuos que en un momento dado decidieron no seguir participando en la vida. Las actuaciones de Koji Yakusho y Shun Oguri ponen de relieve el tipo de dilema de los hombres que finalmente se ven obligados a expresar claramente sus puntos de vista, asumir la responsabilidad y asumir un papel que han descuidado o que aún no han definido para sí mismos.
- La conferencia de Kiyosu (Koki Mitani, 2013)
Esta fue la tercera y última colaboración entre Koji Yakusho y el director Koki Mitani, lo que lo convirtió en parte de su grupo de actores habituales. La comedia dramática histórica sobre el sucesor de Nobunaga Oda es más lenta que otras películas de Mitani, pero presenta una versión desenfadada de la historia japonesa, en la que Koji Yakusho interpreta a Katsuie Shibata, un samurái y comandante militar. A diferencia de otros papeles tradicionales de Yakusho, más breves y elegantes (por ejemplo, “The Pass: Last Days of Samurai” de 2021, “13 Assassins” de 2010), Mitani le da la oportunidad de salir del personaje y mostrar su talento cómico.
16. El mundo de Kanako (Tetsuya Nakashima, 2014)
Koji Yakusho, como Akikazu, demuestra, una vez más, por qué se le considera uno de los mejores actores japoneses contemporáneos, ya que puede interpretar con gran detalle cualquier papel que se le pida. Aquí, interpreta a un padre que no puede creer que su hija no sea la maravillosa criatura que él creía que era, y está dispuesto a llegar a los extremos para demostrar que tiene razón. Un claro ejemplo de su carácter es que, a medida que aprende más sobre ella, sufre aún más físicamente, algo que se refleja en su ropa blanca que parece llenarse de sangre, sudor y barro a medida que avanza la historia. Nakashima centra la película en él, y lo demuestra de la manera más elaborada. (Panos Kotzathanasis)
- El tercer asesinato (Hirokazu Koreeda, 2017)
Shigemori parece tener confianza en sí mismo y en su papel como abogado, pero, a través de su interacción con Misumi, se da cuenta de que cambia y, en lugar de simplemente intentar ganar un caso (que en realidad le sirve tanto a él como a su cliente), finalmente se interesa (incluso se obsesiona) por encontrar la verdad. Estos cambios y los numerosos enfrentamientos personales entre los dos hombres son los aspectos más impresionantes de la historia y la narrativa, con Masaharu Fukuyama como Shigemori y Koji Yakusho como Misumi, lo que resalta tanto su destreza al interpretar sus papeles como su química. (Panos Kotzathanasis)
- The Blood of Wolves (Kazuya Shiraishi, 2018)
El eje de “Training Day” se deriva de la relación entre el veterano Ogami y el “novato” Hioka, en la que el primero lleva al segundo a dar un paseo por las complejas políticas que dan forma a los vínculos entre el crimen y el castigo, y la situación real en la zona. Sin embargo, Shiraishi lleva este concepto un paso más allá, al presentar finalmente una segunda capa en Ogami, que ofrece un giro en la trama que da un giro total a la película, tanto en lo que respecta al veterano como a su relación con el novato. El medio de este cambio es Hioka, con Tori Matsuzaka presentando tanto al novato como al policía desilusionado con igual elaboración, a pesar de las diferencias radicales entre estos dos personajes. Shiraishi hace un trabajo maravilloso al retratar este cambio a través de dos escenas violentas que involucran a Hioka y un gánster al principio, y al dueño de una pocilga, cerca del final. Koji Yakusho está sobresaliente como siempre en el papel de Ogami, tanto como policía corrupto como en un personaje completamente diferente, como se revela en la segunda parte de la película. (Panos Kotzathanasis)
- Bajo el cielo abierto (Miwa Nishikawa, 2020)
Koji Yakusho es uno de los actores japoneses más destacados desde hace décadas y alcanza aquí uno de sus apogeos, en un papel bastante exigente que le permite resaltar su versatilidad y el sentido de la mesura que caracteriza su interpretación de la forma más elocuente. Ya sea enfadado, violento y frustrado o arrepentido, suplicante y triste o incluso simplemente feliz, es un placer ver a Yakusho en una de las mejores interpretaciones de su carrera. (Panos Kotzathanasis)
- The Pass: Last Days of the Samurai (Takashi Koizumi, 2020)
Takashi Koizumi dirige una película dividida en dos partes, la primera se centra en Tsuginosuke como personaje y sus esfuerzos por evitar la guerra contra todo pronóstico, y la segunda en las operaciones militares entre las dos facciones. Aunque son muy diferentes en cuanto a la narrativa y la estética, ambas partes son igualmente intrigantes. La primera, que presenta a un individuo verdaderamente carismático, en un enfoque que es esencialmente un elogio, se beneficia más de la actuación de Koji Yakusho, quien ofrece otra gran actuación bastante mesurada que resalta tanto su experiencia como su carisma. En particular, la escena en la que está bailando definitivamente permanecerá en la mente del espectador. (Panos Kotzathanasis)
21. Perfect Days (2023)
Perfect Days, dirigida por Wim Wenders, es un conmovedor retrato de Hirayama, un hombre de mediana edad que lleva una vida sencilla como limpiador de baños en Tokio. A primera vista, su rutina parece monótona, pero a medida que avanza la historia, se revela su fascinación por los pequeños placeres de la vida: la lectura, la música en casetes clásicos, la naturaleza y el arte urbano que encuentra en sus trayectos diarios.
Hirayama vive en una aparente soledad, pero su interacción con las personas a su alrededor, desde colegas de trabajo hasta desconocidos, muestra su sensibilidad y profundidad emocional. La película explora su pasado y las decisiones que lo llevaron a elegir esta existencia minimalista, invitando al espectador a reflexionar sobre el significado de la felicidad, la libertad y la conexión humana.
Con una fotografía poética y un ritmo contemplativo, Perfect Days es una oda a la belleza de lo cotidiano y a la riqueza que se encuentra en los momentos más simples de la vida.
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