The Electric State es un derroche visual sin alma.

Los hermanos Russo regresan con The Electric State, una ambiciosa adaptación de la novela gráfica de Simon Stålenhag. Sin embargo, a pesar de su deslumbrante producción y un elenco de renombre, la película fracasa en ofrecer una historia verdaderamente memorable.

Ambientada en una versión alternativa de los años 90, la película sigue a Michelle (Millie Bobby Brown), una joven que, junto a su robot y un contrabandista llamado Keats (Chris Pratt), cruza un paisaje desolado en busca de su hermano menor. La estética recuerda a un mundo post-apocalíptico donde la tecnología obsoleta y los restos de un conflicto bélico forman parte del paisaje, evocando el trabajo visual de Stålenhag.

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Sin embargo, lo que en la novela gráfica se siente melancólico y reflexivo, en la adaptación cinematográfica se transforma en un blockbuster con aspiraciones grandilocuentes, pero sin la profundidad narrativa.

El mayor problema de The Electric State es que, a pesar de su apabullante presupuesto de 320 millones de dólares, nunca logra conectar emocionalmente con el espectador. Su historia, que debería ser un viaje íntimo y conmovedor, se pierde en un guion que prioriza la acción por encima del desarrollo de personajes.

Millie Bobby Brown entrega una interpretación competente, pero su personaje carece de la complejidad necesaria para sostener la película. Chris Pratt, por su parte, no logra aportar el carisma suficiente para hacer de Keats un compañero interesante. En cuanto al diseño de los robots, aunque visualmente impresionantes, nunca logran adquirir la personalidad que la historia requiere.

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Si bien Anthony y Joe Russo demostraron su habilidad para manejar grandes producciones con Avengers: Endgame, aquí se ven atrapados en una narración predecible y sin momentos realmente memorables. La dirección se siente mecánica, como si se tratara de una producción más de Netflix destinada a ser olvidada rápidamente.

The Electric State es un claro ejemplo de cómo una gran inversión no garantiza una gran película. Su impecable apartado visual y su premisa interesante se ven opacados por una ejecución plana y carente de alma. Para los amantes de la ciencia ficción que buscan profundidad en sus historias, esta película podría resultar decepcionante.

Veredicto: Dos tocinos y medio que se ven crujientes, tostaditos, jugosos, pero en realidad saben a chicle de cereza.

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Written By

Marisol Mancilla

Diseñadora y editora | Amante del cine | Leo cómics y veo anime.