Robot Dreams cautiva tu corazón y tu alma con una historia sin diálogos sobre una amistad encontrada, perdida y reconfigurada.

Dirigida por el español Pablo Berger, El filme nos muestra a un perro solitario se compra un robot de compañía y aprende a ver el mundo bajo una nueva y alegre luz. Es una animación casi completamente libre de diálogos, capturada con un diseño de personajes 2D agradablemente simple y casi ingenuo.

Home for Dog es un modesto apartamento en el tercer piso del East Village de Nueva York en la década de 1980. Es una existencia solitaria, los estantes están llenos de rompecabezas y el congelador está bien abastecido con macarrones con queso para microondas. Pero la vida en la ciudad de Nueva York de los años 80 no está diseñada para vivirse en solitario. Bañado por la luz prestada de la pantalla de su televisor, Dog se sienta en su sofá, buscando en los canales de televisión algo para distraerse de la feliz pareja acurrucada en la ventana al otro lado de la calle. Y entonces lo ve: un anuncio de un robot compañero, el Amica 2000. Muy pronto, acompañado por un piano alegre y optimista y una canción de xilófono, Dog recibe a su nuevo amigo en un paquete.

El vínculo entre Robot y Dog es instantáneo, Robot se acerca a la ciudad con una sensación de asombro. Y a través del hambre de descubrimiento de su amigo, Dog comienza a redescubrir Nueva York como un lugar para ser abrazado y experimentado, en lugar de ser observado con nostalgia desde la ventana de su sala de estar. En un maravilloso montaje ambientado conla música de “September” de Earth, Wind & Fire, un motivo musical recurrente, utilizado con un efecto cada vez más desgarrador, los amigos comen hot dogs de los vendedores ambulantes, ven a un pulpo músico callejero tocando tambores en el metro, patinan juntos en Central Park. Al final de un verano lleno de diversión, la pareja se aventura a la playa de Coney Island, donde Robot se lanza, literalmente, a la experiencia costera.

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Entonces ocurre el desastre. El agua salada provoca un cortocircuito en su banco de energía y Robot queda inmóvil en la playa. Incapaz de levantar a su mejor amigo, Dog regresa al día siguiente con su caja de herramientas, solo para descubrir que la playa ha cerrado por temporada y no volverá a abrir hasta el siguiente junio. Oxidado en los bordes y expuesto a los elementos, Robot yace pacientemente en la arena. Cuando duerme, sueña con reunirse con Dog. Cualquiera que sea la versión de los acontecimientos que se imagine Robot, siempre lo conduce a un reencuentro mágico y tan esperado con Dog. Mientras tanto, la otra mitad de esta asociación lucha contra la burocracia para recuperar el acceso a la costa. La creciente impotencia de Dog y el inevitable paso del tiempo erosionan lentamente lo que alguna vez pareció inquebrantable, no por desinterés sino por mera distancia entre ellos.

Los sueños homónimos de Robot comunican su anhelo absolutamente sincero de compañía platónica, y aquí quiero resaltar una secuencia que en lo particular me encantó, es una del subconsciente de Robot, en la que vemos elementos de “El Mago de Oz” en una visión psicodélica.

Tanto Robot como Dog, en última instancia, avanzan con sus vidas y uno de ellos elige un acto de sacrificio, evitar a todos el dolor y la incomodidad de una reconexión inoportuna. Sus cronogramas no han estado alineados, y tal vez así es como deben permanecer. Con su conmovedor corazón de hojalata, “Robot Dreams” nos lleva a apreciar la fortuna de tener un amigo precioso. Ya sea para una temporada o para toda la vida.

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El diseño de personajes atractivamente limpio y sencillo se basa en el material original, una novela gráfica de la autora e ilustradora estadounidense Sara Varon. Esta película es básicamente la versión animada de Past Lives. La disfruté mucho, es una gran historia con dos personajes simpáticos y una gran profundidad emocional.

Robot Dreams, estuvo nominada a los Premios Oscar 2024 en la categoría de Mejor Película Animada, no se llevó la estatuilla pero si que se ha llevado y ganado el corazón de quienes hemos tenido la oportunidad de verla. Si ya la vieron cinéfilos, compártanos su veredicto en los comentarios.

Dato: Dog lleva un bolso adornado con una naranja con aspecto humano llamado Naranjito, la mascota del Mundial de 1982 celebrado en España, país natal del director.

Veredicto: cuatro tocinos y medio un poco tristes, con sensación de abandono, pero con un gran corazón, dispuestos a darle una segunda oportunidad al amor.

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Written By

Marisol Mancilla

Diseñadora y editora | Amante del cine | Leo cómics y veo anime.