Tocinómetro: Mickey 17
En Mickey 17 vemos a un Bong Joon Ho más ligero, pero igual de intrigante.
Joon Ho regresa con una propuesta de ciencia ficción que mezcla sátira social, humor negro y una ejecución visual deslumbrante. Sin embargo, tras la maestría de Parásite, cualquier comparación es inevitable y, en este caso, tal vez injusta.
Basada en el libro Mickey7 de Edward Ashton, cuenta la historia de Mickey (Robert Pattinson), un “Prescindible” en una misión de colonización en un planeta helado. Su trabajo es morir, ser reimpreso en un nuevo cuerpo y repetir el proceso tantas veces como sea necesario. Bong utiliza esta premisa para explorar temas que ya son sello de su cine: el abuso de poder, la desigualdad y la fragilidad humana en entornos extremos.
El elenco está conformado por Pattinson, Mark Ruffalo, Toni Collette, Naomi Ackie, Steven Yeun.
Pattinson, en una interpretación tan delirante como magnética, juega con diferentes versiones de sí mismo cuando aparece un segundo Mickey, desatando un caos existencial. El actor, quien ha construido una carrera fascinante tras Crepúsculo, aporta una energía camaleónica que mantiene el interés incluso cuando la narrativa pierde claridad.

El trabajo de Joon-Ho siempre ha tenido una fuerte carga social, y este no es la excepción. Resultó un poco pesado en algunos aspectos, pero me lo estaba pasando demasiado bien como para que me importara. Pattinson es tan bueno que olvidas que está actuando contra sí mismo. Tiene muy buena química consigo mismo. Se ha convertido en un actor magnífico. En general, da la sensación de ver una visión sin concesiones de un gran director que rompe con el género, pero su peculiaridad podría no ser lo suficientemente atractiva para el público casual.
Visualmente, la película es magnífica. La cinematografía de Darius Khondji captura la frialdad del paisaje con una belleza inquietante, mientras que el diseño de producción de Fiona Crombie construye un mundo distópico que recuerda tanto a Snowpiercer como a la estética retrofuturista de Okja. Sin embargo, en su intento por abarcar demasiadas ideas, desde dilemas éticos hasta sátira política hace que pierda cierta cohesión en la historia.
El humor absurdo y la crítica mordaz están presentes. Ruffalo y Collette encarnan a figuras de autoridad corruptas con una exageración que, si bien divertida, a veces diluye la tensión. Y aunque Bong nos ha demostrado su maestría en equilibrar tonos, aquí la mezcla entre lo introspectivo y lo caricaturesco no siempre encaja.

Aun con sus altibajos, Mickey 17 es una pieza de ciencia ficción ambiciosa y visualmente hipnótica, con una premisa fascinante y una actuación central que vale la pena ver. No es el Bong más refinado, pero sigue siendo un cineasta que desafía géneros con un estilo inconfundible.
Cinéfilos si son fans tanto de Pattinson como de Bong les recomiendo ver Mickey 17 y juzguen por ustedes mismos, y de pasada nos comparten su veredicto en los comentarios.
Veredicto: Tres tocinos y medio prescindibles, listos para ser digeridos y volver a nacer.
