Beetlejuice Beetlejuice está llena de momentos que te hacen reír a carcajadas.

Tim Burton ha encontrado su camino de regreso a lo que mejor sabe hacer, fusionando lo espeluznante con lo hilarante y utilizando efectos prácticos, marionetas y animación stop-motion de formas que solo él sabe. Fue una receta difícil de llevar a cabo, pero creo que había la cantidad justa de lo antiguo y lo nuevo para crear un fantasma que valiera la pena invocar.

Beetlegeuse, de Michael Keaton, está de vuelta en plena forma, tan desagradable e inapropiada como siempre. Lydia Deetz, interpretada por Winona Ryder, ahora una presentadora de televisión cansada del mundo, aporta un maravilloso sentido del humor melancólico, capturando el espíritu de alguien que ha pasado por todo y todavía está atrapada lidiando con fantasmas, tanto literales como emocionales. Su relación fracturada con su hija rebelde Astrid (Jenna Ortega) agrega capas a la tensión madre-hija.

El trauma tiene una forma de transformar a las personas, y lo entiendo: Lydia ha pasado por momentos difíciles. Pero, ¿qué pasa cuando su hija, Astrid, le atribuye su inteligencia a su padre en lugar de a su madre? Uf. Un pequeño guiño a la brillantez de Lydia hubiera estado bien, especialmente considerando que su personaje original era el epítome de una inadaptada inteligente y compasiva.

Lydia_Beetlejuice

La trama de la secuela tiene un poco de todo. Desde una ex esposa que succiona almas (Monica Bellucci) que se recompone con una pistola de grapas, el actor fracasado Wolf Jackson (Willem Dafoe) y el productor de televisión dudoso Rory (Justin Theroux). Ah, y Bob. El dulce, Bob. Beetlejuice Beetlejuice se deleita en lo absurdo. Está repleta de escenas exageradas y números musicales que hacen eco del espíritu excéntrico del original, aunque ocasionalmente, gira hacia la sobrecarga sensorial con tantas ideas que compiten por llamar la atención.

Hay algo casi dulce en el regreso de Burton a este submundo. Todos saben que no pueden recuperar la magia exacta de la película de culto de 1988, pero no tiene por qué hacerlo. En cambio, ofrece una fiesta que celebra sus raíces al tiempo que presenta nuevas peculiaridades y un elenco que realmente parece estar pasándola de maravilla. Es un caos, claro, pero eso es parte de la diversión: aceptar el caos y prosperar en la extrañeza.

Delia_Astrid

Ahora, hablemos de la leyenda absoluta que es Catherine O’Hara. Delia, en toda su encantadora e inestable gloria de artista, se roba el show cada vez que está en la pantalla. ¿Su ritmo cómico? Impecable. Si hay algo que la secuela logra a la perfección, es La Delia Deetz. Si algo podría resucitar esta franquicia y mantenerla viva, es su absoluta obsesión por sí misma y su falta de conciencia.


Michael Keaton, ahora con 73 años, todavía se luce en el papel de Beetlejuice con exuberancia atemporal. Su humor característico pasa a un segundo plano esta vez, pero Keaton aporta la cantidad justa de su característica picardía para recordarnos sus originales y descaradas apariciones. Incluso después de todos estos años, Keaton logra ese encanto perfectamente retorcido, demostrando que estaba hecho para este papel.

Juice02

¿La música? Los clásicos que conocemos y amamos están de vuelta, y escucharlos despertó todas las neuronas adecuadas. Pero algunas de las opciones más nuevas no fueron tan bien recibidas. Me hubiera gustado ver un tema coherente, por el amor de Maitland por Harry Belafonte, pero no lo tuvimos. Extrañé ver algo como Day-O o Shake Senora para aportar esa bofetada de energía ridícula para cantar a coro.

¿Es Beetlejuice 2 perfecta? No. Pero ¿es un buen momento de principio a fin? Sí. A pesar de algunas pequeñas críticas, la película logra capturar el alma extraña y caótica de la original. Es la primera película de Burton en mucho tiempo que muestra un destello de su magia nostálgica y extravagante, con muchos momentos que te harán reír a carcajadas para mantenerte de buen humor. Te espera mucha diversión. Es cursi, es extraña y, sin duda, es rebelde.

Beetlejuice 2 es un viaje nostálgico al pasado que ofrece una diversión fantástica y desenfrenada. Con Beetlejuice de Michael Keaton de vuelta en acción, Lydia de Winona Ryder aportando humor de madre en pánico y Catherine O’Hara robándose el show como la legendaria Delia Deetz, esta secuela logra un equilibrio perfecto entre lo familiar y lo absurdo. Es desordenada, es exagerada y, aunque no está libre de defectos, abraza el caos de todas las maneras correctas.

Veredicto: tres tocinos y medio algo asquerosos, pero mágicos, nostálgicos y fuera de este mundo.

3 tocinos y medio
Written By

Marisol Mancilla

Diseñadora y editora | Amante del cine | Leo cómics y veo anime.