Octubre Cinéfilo: Carrie
Carrie es como la versión de cenicienta del cine de terror. Este es otro de los clásicos de culto, que no pueden perderse cinéfilos.
En esta escalofriante adaptación de la novela de terror de Stephen King, la adolescente retraída y sensible Carrie White (Sissy Spacek) se enfrenta a las burlas de sus compañeros de clase en la escuela y al abuso de su fanáticamente piadosa madre (Piper Laurie) en casa. Cuando comienzan a ocurrir sucesos extraños alrededor de Carrie, ella comienza a sospechar que tiene poderes sobrenaturales. Carrie es invitada al baile de graduación por Tommy Ross (William Katt), donde las cosas eventualmente toman un giro oscuro y violento.
El filme es dirigido por Brian de Palma quien trabaja de una manera tan literal y con tanta franqueza que tienes el placer de observar cómo afecta tus susceptibilidades incluso cuando estás en estado de shock.
La película comienza con todas esas chicas adolescentes jugando en la cámara lenta en el vestuario de una escuela de preparatoria, y luego vemos a Carrie (Sissy Spacek), pálida y pecosa, perdida en un ensueño privado en la ducha, acariciando su piel y dejando caer el jabón y en eso le viene la regla por primera vez, lo que le hace pensar que se está muriendo. Es una secuencia completamente impactante y horrible, pero fue creada con música orquestal tierna de Pino Donaggio que sonaba como si hubiera salido de la historia de amor más sentimental de Hollywood. Era como si Carrie estuviera tratando de asustarte y al mismo tiempo, hacerte desmayar por lo asustado que estabas. Toda la película es así. Es la cosa más extraña y emocionante.
De Palma consigue al final una edición espectacularmente efectiva, plagada de cámara lenta, cuadros divididos, imágenes monocromáticas, corte de sonidos y, finalmente, ¡gritos!
Si, ese final es tan aterrador. El baile de graduación que se convirtió en un apocalipsis, casi todos murieron en el vengativo baño de sangre de telequinéticas de Carrie. Luego del baño de sangre, Carrie va a casa con su madre, y esta se derrumba sobre ellas. En ese momento, parece que todo ha terminado. Estamos esperando los créditos finales, pero no, luego hay una secuencia muy difusa en la que Sue interpretada por Amy Irving se agacha en el sitio de la tumba de Carrie, y podemos ver que en la lápida que alguien ha pintado “Carrie White arde en el infierno”. Y ahí es cuando sucede lo aterrador. Pero, ¿por qué da tanto miedo? Porque en ese momento, la película nos hizo creer, sin decirlo del todo, que la madre de Carrie tenía razón: el diablo estaba trabajando a través de Carrie. Y realmente creemos que se está quemando en el infierno. Es por eso que ella podría realmente, en realidad estar allí. El final es de “¡Te engañé! ¡El horror continúa!”
En Carrie, creo que De Palma alcanza un nivel comparable al de Alfred Hitchcock por su manejo del suspenso y cámara. Miedo y diversión son la mejor combinación de este filme.
Si quieren ver una película que los mantenga con escalofríos y con una sensación inquietante esta es la opción y más para estas fechas de Halloween.
Veredicto: Cuatro tocinos bañados en salsa roja que puede estar algo picosa, asi que cuidado al comerlos.
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