Hollywood vuelve a mirar al pasado para arrojar luz sobre figuras silenciadas por la historia. Fotografía 51, adaptación cinematográfica de la obra teatral homónima de Anna Ziegler, se propone reivindicar la figura de Rosalind Franklin, la científica británica cuya investigación fue clave para desvelar la estructura del ADN, pero cuyo nombre rara vez aparece en los libros de historia junto a los de Watson y Crick.

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La película se centra en el momento crucial en que Franklin, experta en cristalografía de rayos X, capturó la imagen que reveló la famosa doble hélice del ADN. Esa fotografía —la número 51— se convirtió en la clave del mayor descubrimiento en biología molecular del siglo XX. Sin embargo, su autoría fue pasada por alto cuando James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins recibieron el Premio Nobel en 1962, sin siquiera mencionarla.

Fotografía 51 no solo reconstruye la historia de un descubrimiento científico fundamental, sino que también plantea preguntas esenciales sobre el reconocimiento, el sesgo de género en la ciencia y el precio de la ambición académica. Franklin ha sido descrita como “la heroína olvidada del ADN”, “la dama oscura de la biología molecular” e incluso “la Sylvia Plath de la ciencia”: una figura brillante y trágica, que murió prematuramente a los 37 años, antes de poder ver reconocido su legado.

Ziegler, quien firma también el guion de la película, ofrece una mirada íntima y poderosa al conflicto entre genio y reconocimiento, ciencia y ego, destacando cómo la historia —y la ciencia— han estado marcadas por la omisión de mujeres clave en sus avances.

Con Fotografía 51, el cine no solo recupera una historia fascinante, sino que también abre espacio a la reflexión sobre cuántas otras Rosalind Franklins siguen esperando ser reconocidas.