El Festival de Cine de Cannes rindió un sentido homenaje este miércoles al cineasta David Lynch, fallecido en enero de este año, con el estreno mundial del documental Welcome to Lynchland, una exploración profunda de la obra y el legado del legendario director.

La presentación del filme, dirigido por Stéphane Ghez, tuvo lugar en el prestigioso Palais des Festivals, y contó con la presencia de Riley Lynch, hijo del cineasta, quien dedicó unas emotivas palabras antes de la proyección. “Este festival significó mucho para mi papá”, dijo visiblemente conmovido. “Es un momento muy emotivo”.

Riley compartió además un recuerdo personal que conectó a su padre con el festival: “La última vez que estuve en Cannes fue en 2002, cuando él presidió el jurado. Celebré mi décimo cumpleaños aquí, y Sharon Stone trajo el pastel”.

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Welcome to Lynchland fue producido antes de la muerte de Lynch y ofrece un recorrido por su universo cinematográfico, desde su inquietante debut Eraserhead hasta obras maestras como Mulholland Drive y la serie de culto Twin Peaks. Con testimonios del propio Lynch y de colaboradores clave como Kyle MacLachlan, Laura Dern, Naomi Watts e Isabella Rossellini, el documental intenta descifrar la esencia del cineasta, más allá de los enigmas que siempre rodearon su arte.

La relación de Lynch con Cannes fue profunda y duradera. En 1990 ganó la Palma de Oro con Corazón salvaje (Wild at Heart), y en 2001 recibió el premio a Mejor Dirección por Mulholland Drive. Un año después, en 2002, presidió el jurado del certamen.

Tras su fallecimiento a los 78 años, el festival emitió un comunicado celebrando su legado:

“Con infinita tristeza nos enteramos del fallecimiento de David Lynch, un artista único y visionario cuyo trabajo ha influido en el cine como pocos otros. Deja tras de sí una obra excepcional e intemporal, cuyas películas seguirán alimentando nuestra imaginación e inspirando a todos aquellos que ven el cine como un arte capaz de revelar lo indecible”.

El homenaje en Cannes no solo celebró la memoria de un maestro del cine, sino que reafirmó el lugar de David Lynch como una figura imprescindible en la historia del séptimo arte.