Brady Corbet ha respondido a las críticas generadas por el uso de inteligencia artificial en su película The Brutalist, después de que el editor Dávid Jancsó revelara en una entrevista que se emplearon herramientas de IA para mejorar la pronunciación del húngaro en los diálogos de los protagonistas, Adrien Brody y Felicity Jones.

En una declaración a The Hollywood Reporter, Corbet aclaró que las actuaciones de Brody y Jones “son completamente propias” y que trabajaron durante meses con la entrenadora de dialecto Tanera Marshall para perfeccionar sus acentos. Según el director, la tecnología de la empresa ucraniana Respeecher solo se utilizó en la posproducción para ajustar ciertas vocales y letras en húngaro, sin modificar el idioma inglés ni alterar las interpretaciones originales.

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Jancsó, hablante nativo de húngaro, explicó que el idioma representa un reto particular para los actores de habla inglesa y que los ajustes realizados con IA fueron mínimos, comparables a la edición de diálogos convencional. Con un presupuesto de menos de 10 millones de dólares, los cineastas optaron por esta herramienta para optimizar el proceso de posproducción.

Además, la inteligencia artificial se usó en una secuencia final para inspirar bocetos arquitectónicos ficticios atribuidos al personaje de Brody, el arquitecto László Tóth. Sin embargo, Corbet enfatizó que los diseños finales fueron realizados a mano por el equipo de la diseñadora de producción Judy Becker.

El uso de IA ha desatado un acalorado debate en redes sociales. Algunos usuarios consideran que la intervención tecnológica debería descalificar a Brody de los premios, argumentando que su acento fue modificado artificialmente. Otros defienden que la actuación del actor no depende exclusivamente de su pronunciación, sino de su capacidad emocional para dar vida al personaje.

Pese a la controversia, la película ha sido elogiada por la crítica, y Brody ya ha ganado el Globo de Oro al mejor actor en drama, consolidándose como un fuerte contendiente para los premios Oscar.

Corbet ha reiterado que The Brutalist es una obra impulsada por el esfuerzo humano y la colaboración creativa, destacando que la IA fue una herramienta para perfeccionar detalles técnicos sin comprometer la esencia artística del proyecto.